Pero mucho más allá de una imagen idílica del grupo californaniano, del sol, las olas, el mar, los surfistas y las surfistas, los Beach Boys --más concretamente Brian Wilson-- supieron componer un disco como Pet Sounds con el conseguirían hacer el álbum más perfecto de la música popular estadounidense de los años 60 y que cruzó incluso el otro lado del charco para llegar a influenciar a los mismos Beatles.
Eso, entre muchas otras cosas, es lo que cuenta Charles L. Granata en el libro 'Wouldn´t It Be Nice, Brian Wilson y la creación de Pet Sounds' editado en España por Libros de Ruido. En el mismo, el autor nos muestra la personalidad de un músico excéntrico y perfeccionista hasta el extremo como era Brian Wilson, algo que yo desconocía totalmente antes de sumergirme en la lectura de este libro, creyendo que se trataba de alguien mucho más superficial.
Granata presenta a Wilson como un genio musical adicto al ácido en buena parte de su vida que, para su desgracia, consiguió hacer un disco tan perfecto como Pet Sounds --que os aseguro que apreciaréis mucho más después de leer el libro--, que estuvo también a punto de destrozar su carrera musical debido a que pasó, o se hizo que pasara, desapercibido para el público general en el momento de su publicación, adquiriendo solo un reconocimiento de masas muchos años después.
Sin embargo, tal y como cuenta Granata, fueron los músicos coetáneos de Wilson, y los futuros en los que influyó, que supieron y han sabido apreciar el valor de Pet Sounds. Algo que seguro que pasa también en cierto modo con el libro, que creo que sabrán apreciar mucho mejor quienes se dediquen a la música que quienes, como en mi caso, somos profanos en la materia.
Pero, sin duda alguna, lo que capta el escritor a la perfección es la personalidad de un genio de la música como es Brian Wilson que abarcaba todos los procesos de creación y que no dejaba nada a la improvisación, haciendo que se aprecie, aún más si cabe, a un grupo como son los Beach Boys.