Como habían prometido en alguna que otra entrevista previa, el concierto se iba a estructurar en una primera parte con las canciones de este último disco seguida de un 'set list' con el cancionero viejo de la banda. Así que pasadas las 21.30 horas y tras una tenue columna de humo El Columpio Asesino salió al escenario del Círculo de Arte para empezar sin contemplaciones con 'Babel'.
Una intensidad que se iba a mantener en suspenso después la terna que representaron 'Susúrrame', 'Escalofrío' y 'La Lombriz en el Cuello', tras las que, ensimismados por el canto de sirena Cristina Martínez en 'A la Espalda del Mar', llegamos a la gran 'Ballenas Muertas de San Sebastián'. Un punto de no retorno en el que los de Pamplona ya tenían metidos en el bolsillo al público toledano, esta vez númeroso y entregado.
Hasta aquí una primera parte del concierto que continúo con el ya anunciado cancionero viejo y en la que el amor que El Columpio Asesino por grupos como Pixies se iba a empezar a notar con 'Your Man Is Dead', a la que Albaro Arizaleta se iba a encargar de dar este toque de surrealismo con su berridos mientras aporreaba la batería.
La capa de humo se había espesado con el paso de los minutos y al fondo del escenario era casi imperceptible la silueta de su hermano Raúl Arizaleta, pero lo que se veía con total nitidez era la figura desgarbada de Daniel Ulecia, que a golpe de bajo en 'Edad Legal' iba adelantar la locura que se desataría minutos más tarde cuando el grupo interpretó seguidas 'Diamantes', 'Perlas' y 'Toro'.
Aquí la banda se bajó del escenario dejando al personal en todo lo alto para volver luego con los bises en los que no podían faltar 'La Marca en nuestra frente es la de Caín' y 'Floto', en la que algunos creímos estar escuchando a los mismos Joy Division en las primeras notas. Todo ello para concluir con 'Vamos', que volvió a suponer una explosión de locura.
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