Este viernes comenzaba en
Toledo, como en toda España, la
Semana Santa. Aunque ya sabemos lo peculiar de esta celebración en la capital regional por su arraigo religioso, en la ciudad también había otros planes de los que disfrutar, como el concierto que Trajano! ofrecieron en la
Sala Pícaro, en lo que fue su particular
Viernes de Dolores.
Y no me refiero con ello a que el concierto fuera un desastre, todo lo contrario. Sino al escaso público toledano que acudió a ver a una banda emergente que ha grabado su primer disco de debut nada más ni nada menos que en
Nueva York y que pueden ser una de las promesas de indie nacional.
"
Trajano! pasaron por nuestra sala con un gran directo, una pena que solo unos pocos pudimos disfrutarlo", lamentaban desde el
Facebook del Pícaro, preguntándose qué pasa con el público. Yo me preguntaría también por la imagen que se llevan las bandas de fuera que actúan en la ciudad.
Pero vamos a lo musical, que es lo que interesa.
Trajano! ofrecieron un gran directo desfilando por la sala toledana con sus guitarras post-punk, la oscura voz de su cantante, una pegadiza y potente línea bajo --inevitable comparar al intérprete del mismo con Paul Draper de Mansun-- y, en definitiva, esas atmósferas oscurecidas tan propicias, dicho sea de paso, de
Semana Santa y de un
Viernes de Dolores.
Así, fue inevitable que en medio de la intro con la que le grupo iniciaba su concierto, a la que siguió
'Discopatía', los pocos que allí estábamos rompiéramos nuestro pudor para bajar a ver al grupo justo en frente de ellos, como si de un pase exclusivo se tratase. Pero es que fue la música la que rompió la vergüenza inicial, aunque no nos arrancamos a bailar más como su cantante hubiese querido.
El grupo mantuvo en todo momento la intensidad --menos cuando alguno de sus miembros paró para ir al servicio, aunque la ocasión lo permitía-- . Así, especialmente brillantes fueron momentos como la interpretación de
'Las nieves del Kilimanjaro' o de
'El último hombre del mundo'.
También para el recuerdo quedan canciones como
'Carrie',
'Sánscrito' o la enigmática '
Terror en el Planetario' gracias a esa línea de conducción que supone el bajo a lo
Peter Hook. También fueron destacables la muy bailable, aunque no en esta ocasión, '
155',
la gran
epopeya que supone
'Elegía' o
'Iker Jiménez', que puso fin al concierto.
"Cuando seáis famosos recordaremos que tocasteis ante 14 personas en Toledo" o "Han tocado muy bien y son muy buenos, pero en
Toledo ya se sabe...", son alguno de los comentarios postconcierto que escucharon por
El Pícaro, sala por delante de la cual pasó, muy propicio para la ocasión, la procesión con la imagen de 'Nuestra Señora de la
Soledad' después del concierto.
Casualidad o no, el teclísta del grupo, junto algunos miembros más de
Trajano!, disfrutó encantado de la procesión, o al menos eso dijo. Esperemos que por lo menos se lleven un buen recuerdo de Toledo porque nosotros nos acordaremos siempre de esta actuación como algo especial dado como se desarrolló.